Doctor en Sociología en el New School for Social Research de Nueva York y Magíster en Ciencias Sociales en FLACSO-México. Profesor Principal de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y profesor en la Maestría de Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha enseñado también en el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres. Columnista político del diario “La República” y Director del Blog de análisis político “Otra Mirada”. Profesor invitado en Johns Hopkins University, el New School for Social Research y la Universidad de Wisconsin-Madison. Investigador invitado del Woodrow Wilson International Center for Scholars. Ha publicado numerosos artículos académicos y varios libros, entre ellos “Los jóvenes rojos de San Marcos”, “La transición conservadora”, “Una tragedia sin héroes”, “El Pensamiento Arcaico en la Educación Peruana”, “Los últimos de la clase” y “¿Qué es ser de izquierda?”. Ha sido Decano del Colegio de Sociólogos del Perú, Director de la Escuela de Sociología de la Universidad de San Marcos, Coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales de dicha Universidad, Ministro de Estado en el despacho de Educación y Consejero Político del Presidente de la República.
Fragmento de la página de Nicolás Lynch (www.nicolaslynch.com) refiriéndose a su manera de pensar:
"Un punto de vista que desde un primer momento estuvo guiado por el propósito de lograr una transformación democrática, basada en la justicia social, del mayor alcance posible, para redimir a los que están y dejarle a los que vienen, entre ellos mis dos hijos, un futuro mejor.
Treinta y pico años de batallas, sin embargo, no solo han dejado a muchos compañeros en el camino —por muerte heroica, deceso natural, traición artera o decepción rutinaria— sino también me ha permitido observar un proceso de cambios en el planeta, inigualado en siglos anteriores en un tiempo similar. He buscado seguir esta dinámica con la convicción de que un punto de vista que quiere ser transformador debe ponerse al día cotidianamente y de esta manera ayudar con eficacia al cambio que pretende.
Como fácilmente podrá darse cuenta desocupado lector no reclamo ninguna neutralidad frente a la realidad ni creo que ella sea el camino a la verdad. Por el contrario, la crisis del mundo moderno nos señala que el objetivo del conocimiento no es sólo la búsqueda de la verdad, sino también, recuperando a los antiguos, la búsqueda del bien y de la belleza.
Mi posición es la de un agonista, que florece en la lucha e insiste en el ideal. No ha sido fácil, por ello, articular mi vocación académica con mi vocación política, pero no he encontrado otra forma de vivir sino con un pie en cada una. Creo, además, que si alguna contribución se puede encontrar en estos textos es haber intentado realizar esta doble vocación tratando de fusionar dos quehaceres muchas veces encontrados."
Fragmento de la página de Nicolás Lynch (www.nicolaslynch.com) refiriéndose a su manera de pensar:
"Un punto de vista que desde un primer momento estuvo guiado por el propósito de lograr una transformación democrática, basada en la justicia social, del mayor alcance posible, para redimir a los que están y dejarle a los que vienen, entre ellos mis dos hijos, un futuro mejor.
Treinta y pico años de batallas, sin embargo, no solo han dejado a muchos compañeros en el camino —por muerte heroica, deceso natural, traición artera o decepción rutinaria— sino también me ha permitido observar un proceso de cambios en el planeta, inigualado en siglos anteriores en un tiempo similar. He buscado seguir esta dinámica con la convicción de que un punto de vista que quiere ser transformador debe ponerse al día cotidianamente y de esta manera ayudar con eficacia al cambio que pretende.
Como fácilmente podrá darse cuenta desocupado lector no reclamo ninguna neutralidad frente a la realidad ni creo que ella sea el camino a la verdad. Por el contrario, la crisis del mundo moderno nos señala que el objetivo del conocimiento no es sólo la búsqueda de la verdad, sino también, recuperando a los antiguos, la búsqueda del bien y de la belleza.
Mi posición es la de un agonista, que florece en la lucha e insiste en el ideal. No ha sido fácil, por ello, articular mi vocación académica con mi vocación política, pero no he encontrado otra forma de vivir sino con un pie en cada una. Creo, además, que si alguna contribución se puede encontrar en estos textos es haber intentado realizar esta doble vocación tratando de fusionar dos quehaceres muchas veces encontrados."
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