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Yuri Zúñiga, Candidato a la Alcaldía de Valparaíso - Independiente

Yuri Zúñiga es un tipo fácil de identificar. No sólo por su eterna boina escarlata y su indumentaria hippie-setentera. Al igual como sucede con el actor Adriano Castillo (Compadre Moncho) o con el músico Claudio Parra (Los Jaivas), este candidato a alcalde de Valparaíso es de las personas que parecen estar en más de un lugar a la vez. “Don de la ubicuidad”, le llamaron por ahí.

Tal vez por lo mismo, al independiente de izquierda y dueño de un carro de completos plagado de íconos revolucionarios, que lanzó su precandidatura el 1 de mayo, no le costó mucho reunir  las mil firmas necesarias para inscribirse como aspirante al sillón edilicio del Puerto Principal. Hoy su problema es que le falta plata para concretar su entrada en carrera con todas las de la ley.

“Tengo mucho apoyo popular. Esto está comprobado por el poco tiempo en que reuní las firmas. Ahora lo que me  queda es reunir 1 millón o 1 millón y medio de pesos para pagarle al notario, porque el notario cobra por firma. Yo no soy una persona de recursos económicos.  Y aunque para algunos esto no es mucha plata, yo no dispongo de ella”, dice Zúñiga a Nación.cl.
Tal vez la ubicuidad del “Compañero Yuri” -como se le conoce en el Valpo- se debe a que en la transitada calle Almirante Montt, el precandidato abrió hace un tiempo una biblioteca popular revolucionaria. En su frontis se erigen pinturas íconos de la izquierda latinoamericana, entre los que destacan Camila Vallejo y Salvador Allende.


-¿Ha pensado en aliarse con algún partido para obtener los fondos de su campaña?

-Hace 4 años renuncié al PS porque, por mi discurso, la gente me preguntaba si era comunista y tenía que decir tanto que era socialista hasta que un día pensé que el partido se ha desviado tanto de los principios para los cuales nació, que es la defensa de los derechos de los trabajadores, que me llegó a dar vergüenza.

-¿Y otros partidos?

-Los partidos políticos me han ofrecido ayuda pero para ser candidato a concejal. Me dicen que no voy a gastar un peso, que no tengo que sacrificar nada. Que guarde mi energía de precandidato a alcalde. Pero yo quiero ser candidato  a alcalde porque el alcalde tiene el poder de la ciudad. Y por lo tanto lo que yo proponga como un programa va a ser válido. Pero si yo soy candidato a concejal ¿Qué le puedo ofrecer a la comunidad? Un concejal no tiene poder de decisión resolutivo.

-¿Qué gestiones de alcalde le han parecido notables a usted como revolucionario?

-Compañero, no conozco a ningún alcalde en Chile así. Ni siquiera el alcalde de la Ligua, que es comunista, ni Paulina Núñez, de Pedro Aguirre Cerda. En ninguno de los  casos veo una alcaldía revolucionaria. Entonces, cuando yo he mencionado que si llego a ser alcalde vamos a hacer una verdadera revolución en Chile, en  la comuna de Valparaíso, esto significa una administración municipal participativa con el pueblo. Yo les digo: si soy alcalde voy a andar con 10 o 20 vecinos de  diferentes partes de la ciudad pa’ todos lados. No voy a andar en ese jeep moderno donde anda el alcalde….yo voy a andar en un micro, donde vayan los vecinos, donde ellos a diario vean que el alcalde está trabajando por la comunidad.

-¿Qué le gustaría hacer como alcalde?

-Que la administración sea una escuela de educación popular. En los 17 años de la dictadura más los 20 años de la concertación se ha extendido un manto de ignorancia cívica en la población, en el país. Entonces la gente no sabe qué hace un alcalde, qué hace un concejal, qué hace un intendente. Y como no sabe, tampoco sabe sus deberes y sus derechos. Por eso no participa.

-A ver, pero…¿qué tanta capacidad operativa tiene un alcalde?

-El alcalde es un pequeño dictador de su comuna. Eso está en la constitución política que dejó la dictadura, en la cual le deja todo el mando al alcalde. Los concejales tienen un poder fiscalizador, pero que es mínimo. Y tú debes saber que encontrar una disputa entre concejal y alcalde es re difícil, porque los concejales tienen súper poco peso.  Y tienen que ir pa’ donde vaya el alcalde, porque si se van en la contra de él, no obtienen ninguna  migajita para que ellos hagan alguna gestión y puedan reelegirse.

-O sea: ¿usted quiere ser un pequeño dictador de Valparaíso?

-Yo quiero ser un dictador democrático. Con participación de la gente, aprovechar lo que la constitución dice y hacer participar a la gente. A los concejales les asignaría tareas para que se destaquen, para que la gente conozca su trabajo.

-¿Qué posibilidades reales ve de conseguir el millón y medio?

-Esto es como los partidos de fútbol. No descarto conseguirme un crédito o hacer una actividad donde la gente vaya y colabore. Alguna tallarinata, un evento artístico. No descarto nada, porque estamos a 18 y quedan como 10 días de plazo en los que podría conseguir el dinero.

-¿Es muy difícil que la gente  ponga una luca por la causa?

-Creo que hay que probar todas las instancias. Aquí no hay que renunciar a nada.

-¿Y si no consigue el millón  a medio antes de que termine julio?

-Me quedo con una tremenda experiencia, con una rica experiencia, de que el pueblo me reconoce como un futuro líder de las causas sociales de Valparaíso. Hubiese ganado mucho tiempo si alguien me hubiese dicho cómo ser un candidato independiente. Esto es producto de que tuve que aprender solo a ser un candidato. Y enfrentarme a esta adversidad burocrática….en Valparaíso hay muchas sectas. Pareciera que a algunos les molesta que sea candidato, pero tengo el apoyo de la ciudadanía, el apoyo del pueblo. El próximo año, que son las elecciones de diputados y senadores, uno podría pensar que también podría ser candidato.

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